El cambio climático tendrá un fuerte impacto en América Latina en los próximos años, con la elevación de las temperaturas, aumento de los extremos de lluvias, huracanes y sequías, y un costo económico de más del 1% del PIB anual de la región, revela un informe de la CEPAL divulgado ayer durante la conferencia del Clima en Cancún.
El cambio climático le costará a las naciones templadas de América Latina 1% de su PIB en el próximo siglo, y más aún a los países andinos, Centroamérica y el Caribe, más susceptibles al calentamiento global, revela el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU.
La CEPAL estima un alto y sostenido aumento de las temperaturas en la región hasta el 2100, que podrán alcanzar los 6 grados al final del siglo en el peor de los casos si nada se hace para prevenirlo. Es decir, entre 1 y 4 grados con un escenario de emisiones más bajas y de entre 2 y 6 de más altas.
Los efectos del cambio climático se traducen en “presión por disponibilidad del agua, aumento de los incendios forestales, mermas significativas de la productividad agrícola, efectos negativos sobre la salud, daños en zonas costeras por aumento del nivel del mar y el aumento de la mortalidad por eventos extremos” que “condicionarán la senda de desarrollo” en una región que todavía vive una gran brecha de pobreza y vulnerabilidad social.
América Latina es “altamente vulnerable” al cambio climático, advierte la CEPAL, al constatar que “las inversiones en adaptación a este fenómeno deben ser una prioridad”.
Se trata de una región de enormes costas y áreas naturales, altamente vulnerables al calentamiento del planeta.
En la Amazonía, el aumento de 3 grados de la temperatura provocaría una caída de las precipitaciones, amenazando la biodiversidad más grande del planeta.
En Chile, los glaciares retrocederán, al tiempo que Brasil, Colombia, Ecuador y las Guayanas podrán perder los manglares de sus costas bajas por el aumento del nivel del mar.
En Centroamérica, “el incremento de la temperatura, la reducción e inestabilidad de las lluvias, el aumento del nivel del mar, las sequías y huracanes tendrán repercusiones en la producción, la infraestructura, los medios de vida, la salud y la seguridad de la población”, señala el estudio.
El informe constata que en los últimos años la región ya vivió un aumento de las temperaturas, con mayor intensidad en Amazonas, norte de México y Centroamérica, así como un radical cambio en la intensidad de las lluvias en Paraguay, Uruguay, las pampas argentinas y Bolivia.
En cambio, en el norte de Sudamérica, sur de Chile, suroeste de Argentina, sur de Perú y oeste de Centroamérica, hubo una reducción de las lluvias.
Motosierra de oro
La líder indígena presentó el premio, una gran copia de una motosierra dorada, en el hotel en que Abreu está hospedada en Cancún, en el sur de México. La dirigenta brasileña, que rehusó el galardón, ha participado de varios eventos paralelos a la Conferencia del clima de la ONU en esta ciudad.
“La condecoración recuerda a los ruralistas defensores de la reforma de la ley de bosques que esa propuesta representa una grave amenaza al ambiente”, dijo Greenpeace.
La reforma de la ley de bosques de Brasil, en trámite en el Congreso y que flexibilizaría la protección de sus gigantes selvas, impediría que Brasil cumpla sus compromisos de recortar la deforestación amazónica en 80% hasta 2020.
Asimismo podría dejar sin protección una área mucho mayor que Francia, denunció en noviembre por el Observatorio del Clima que acoge las principales organizaciones ambientalistas.
Abreu defiende que esa ley -que podría ser aprobada en los próximos días- apenas regularizará la propiedad de a tierra de los agricultores.
La Opinión.com
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